Las ventajas de tener un Departamento Técnico.


Relataré sólo dos ejemplos de mi experiencia personal, aunque habría muchos más.

Trabajando para una imprenta en Montevideo, estábamos en ese entonces imprimiendo unas figuras con dibujos infantiles, eran del tamaño de un naipe e iban dentro de los paquetes de pañales descartables de una prestigiosa firma internacional de productos para bebés. La idea de esta campaña era que mientras se le cambiaba el pañal se le daba la figura, pero... ya se sabe, los bebés lo primero que hacen es llevársela a la boca.

El cliente llamó por teléfono al dueño de la imprenta y le dijo que necesitaba un certificado que garantizase que las tintas usadas estaban libres de metales pesados.
¿Como crees que un gráfico puede entender esto?

Bueno, el dueño me pasó el tema y le expliqué que aunque estaba prohibido usar pigmentos que solían usarse antes, que eran compuestos de plomo o cadmio, todavía había fabricantes que los usaban y eran potencialmente venenosos. Un poco alarmado, me preguntó: ¿En ese caso el niño se podría morir? Yo le contesté que no, pero si por alguna otra razón hubiese un juicio, a causa de constatarse metales pesados, era juicio perdido - aunque seguramente el motivo fuese otro, pues para contraer alguna enfermedad de esas, como el saturnismo, el niño debería chupar muchos miles de figuras durante meses.

A continuación fui al LATU (Laboratorio Tecnológico del Uruguay), con muestras, y pedí para hablar con el departamento de espectroscopia. Le expliqué al especialista el tema y coincidimos en que había que sacar una muestra de cada color y realizarle una espectroscopia de masa, para constatar la ausencia de metales pesados. Y así fue. El análisis salió negativo. Una vez recibido el informe, se lo pasamos al cliente y el trabajo se realizó con absoluta normalidad.

Otra historia que recuerdo fue en la gráfica Barreiro & Ramos – donde fui asesor durante 17 años seguidos. Estábamos imprimiendo etiquetas de cigarrillos, y de pronto el cliente nos dice que, a pesar de que las etiquetas estaban bien impresas, cuando la máquina estaba armando las cajas de cigarrillos la tinta de las esquinas de la caja se saltaban y la caja quedaba con las cuatro esquinas blancas.
El ingeniero químico de la imprenta y yo nos miramos, porque los dos sabíamos de qué se trataba. Eran problemas de arranque de papel, la tinta no ancla bien porque el recubrimiento del papel no está bien. También recurrí al LATU. Hice personalmente los análisis de papeles, o sea la prueba IGT, y efectivamente ese papel era malo, lo que no sospechamos al comprarlo, puesto que había sido importado y la empresa que lo había vendido estaba certificada. 

Barreiro & Ramos reclamó, pues la compra había sido por mucha cantidad de papel, pero desde el país de origen negaban el problema. Finalmente los abogados de la imprenta interpusieron ciertas acciones a través de embajadas y consulados, con análisis en mano. Los exportadores no quisieron finalmente seguir adelante y enviaron otra partida gratis, ya que no valía la pena el costo de devolver la defectuosa al país de origen.

Son incontables los cosas que me vienen a la memoria, como análisis de fraudes, también en Barreiro & Ramos, que era una imprenta autorizada para imprimir cheques y debían hacerlo bajo las más rigurosas normas de calidad.
Entonces, ¿será útil un Departamento Técnico? Barreiro & Ramos pagaba mi sueldo sólo con el ahorro de un par de productos que yo le hacía, o de problemas que le evitaba , y todo lo demás era ganancia.

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